Vivir, vivir, vivir...
Caminamos sobre la cuerda floja, nos gusta tambalearnos y pensar que nos dejamos caer. En la vida real no hay red que nos salve de tan peligrosa caída. Por eso, vamos deslizándonos de un extremo a otro de forma muy lenta aunque la vida vaya muy rápida. Agarramos con firmeza las cuerdas, ya somos mayores para agarrarnos a las prendas. Hemos forjados las raíces y nos sentimos seguros ante el abismo que tenemos abajo.
A veces no somos tan fuertes como parecemos, tenemos demasiadas capas ocultas, oscuras. Poco a poco dejamos deslizar los dedos hasta que nos dejamos caer. Llegamos al sueño, sueño profundo. Entonces es cuando aparece la luz dentro de la oscuridad y cuando dejamos salir las pasiones ocultas del subconsciente. Realmente solo en ese momento, vivimos.
Morir, Morir, Morir...
Cualquiera puede ser el más fuerte del universo, o el más pequeño y frágil cumulo de carne y huesos. Todo depende de la coyuntura.
ResponderEliminarDepende depende.
La vida y la muerte van juntas de la mano, como todos los opuestos, como cordura y locura, y en esta última pareja la línea no se distingue. Se pierde entre las capas de las que hablas. Nuestros edredones superpuestos en nuestra cama particular que es nuestra mente.
Y todos nos creemos despiertos.
Se te quiere : )
¿Lovecraft?
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